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  El collar(continuación) Recuerdas aquel collar de brillantes que me prestaste para ir al baile del Ministerio? -¡Sí, pero… -Pues bien: lo perdí… -¡Cómo! ¡Si me lo devolviste! -Te devolví otro semejante. Y hemos tenido que sacrificarnos diez años para pagarlo. Comprenderás que representaba una fortuna para nosotros, que sólo teníamos el sueldo. En fin, a lo hecho pecho, y estoy muy satisfecha. La señora de Forestier se había detenido. -¿Dices que compraste un collar de brillantes para sustituir al mío? -Sí. No lo habrás notado, ¿eh? Casi eran idénticos. Y al decir esto, sonreía orgullosa de su noble sencillez. La señora de Forestier, sumamente impresionada, le cogió ambas manos: -¡Oh! ¡Mi pobre Matilde! ¡Pero si el collar que yo te presté era de piedras falsas!… ¡Valía quinientos francos a lo sumo!… Matilde se aleja de la señora de Forestier sin decir una sola palabra, ahora la vida se había tornado de un gris aún más oscuro. Pero no quedó ahí; todo empeoró al llegar a su hogar Su mar